Javier Garcerá es un artista
que me impresionó en ARCO 2012. Cada año es más difícil encontrar
pintura coetánea (más que contemporánea) insultantemente buena en estas ferias
de arte contemporáneo y en ARCO, especialmente. Es algo que me incomoda, dado
que si veo a mi alrededor buena pintura, pero no parece interesar…
Pero Javier Gacerá si crea una
muy buena pintura. Me empecé a interesar por él y la verdad es que merece la
pena.
Leí estas palabras suyas en una entrevista:
"Ese es el espacio que ahora me interesa. Después de
reflexionar y trabajar sobre la dualidad cultura/naturaleza, sobre la tensión
entre lo interior y lo exterior, sobre la idea del exilio como imagen de la
situación del hombre contemporáneo frente al mundo, estoy elaborando una serie
de obras que pretenden situar al espectador ante una realidad que se da más
allá del lenguaje, ante unas condiciones en la que las dualidades que se
apreciaban en obras anteriores llegan a desaparecer.
Me interesa provocar una experiencia
perceptual intensa en el espectador que es capaz de depositar su atención en la
obra, una experiencia íntima a través de la contemplación del cuadro que
permita saber de la dimensión de ese “tiempo vertical” al que Bachelard hace
referencia cuando habla del instante poético."
Muchas veces me había detenido en Bachelard sin hacer
referencia con mi pintura. Precisamente es el “instante poético” lo que se
acerca a la definición, ya no de lo que es, si no lo que debería ser mi
pintura. En parte, este proyecto es en si, una búsqueda a través de instantes
poeticos.
Cuando Bachelard habla del instante poético, lo relaciona
con la intersección de dos opuestos. “En el instante apasionado del poeta
siempre hay algo de razón; en el rechazo razonado, siempre queda un poco de
pasión."
Siempre cuento que cuando pinto, el cuadro va pidiendo
lo que necesita. Es el propia pintura quien marca el cuadro, pero no puedo dejar
de lado que realmente es la “pasión” la que pinta. Como dice Bachelard, la
pasión siempre tiene algo de razón, en este caso el estudio previo y
preparación… Las marcas de encaje que he estudiado y que antes o después suelen
desaparecer. Pero esta razón que niega la pasión, guarda en su interior algo de
pasión, las composiciones no se hacen solas, yo las he estudiado… Y además sé que antes o después van a variar…
No conozco la situación de Javier Garcerá (me encantaría), ni su relación con
todo esto. Pero me gusta mucho su trabajo y su evolución… La encuentro hasta
lógica. En su trabajo ha ido
desapareciendo la figuración gradualmente, aunque desde donde he visto, siempre
la obra tuviera un fuerte valor abstracto. Puedo afirmar también,
que la figuración ha desaparecido, porque estorbaba. Sin embargo, sigue
habiendo bajo su abstracción lirica, alguna base que recuerda a la figuración…
Esta no estorba, si no que guía.
Se reconoce en su pintura gestos muy interesantes. Y es
que es ahí, en los gestos, donde se reconoce a un gran pintor. Rafael
Carralero, mi profesor de pintura que otras veces he nombrado, siempre decía
que cuando veía un cuadro, de quién fuera, se reconocía… Reconocía haber estado
ahí… Con otro cuadro, otro color, otro tamaño… Pero haber estado ahí. Eso te
hacía ver la pintura de otra manera. Y esa es la mejor manera de poder reconocer
a un buen pintor a través de su pintura. Cuando tu has sido ese pintor y has
estado con esa pintura.
El señor Javier Garcera es un señor pintor
Entrevista con Javier Garcerá en:
http://nicolamariani.es/2011/07/12/“vaciar-de-palabras-el-decir-del-espectador”-entrevista-con-javier-garcera/
Imágenes del blog de BBAA de la Universidad de Malaga y de la pagina web de Galeria Isabel Hurley